martes, 26 de mayo de 2009

APEADOS EN MARCHA DEL TREN CON DESTINO AL EXITO

Por hank66

A veces voluntariamente, a veces obligados, no son pocos los que abandonaron un proyecto cuando las puertas del éxito y el dinero se abrían de par en par.


¿Quién tiene todos los números para dejar el grupo?


Hace unos días leía una noticia sobre el lanzamiento de un disco por parte de Juan Ramón Viles. La leí con cierta indolencia, hasta que en la noticia surgió el nombre de Duncan Dhu. Entonces me dije: ¡Sapristi, es verdad, si es el primer batería de Duncan Dhu! Tras reconvenirme mentalmente por usar una expresión tan cursi, recordé que, efectivamente, el amigo Viles formó parte del grupo vasco hasta 1989, año en el que abandonó el grupo (por discrepancias con los otros dos miembros) y pasó al anonimato más absoluto. Una cosa llevó a la otra, y acabé pensando en algunos miembros de grupos que los abandonaron justo cuando comenzaba el despegue rumbo a la fama, el dinero y el reconocimiento masivo.


Realmente no sé por qué vino a mi memoria la imagen de un tipo barbudo, vestido con un traje similar al de Escarlata en "Lo que el viento se llevó", y bailando con un señor elegantemente trajeado. ¡Cáspita, el tercer "Martes y 13! En efecto, Fernando Conde, miembro de los originales "Martes y 13", dejó a sus compañeros José María Yuste y Millán Salcedo para emprender carrera en solitario como actor de teatro. Fernando se fue justo antes de las "empanadillas de Móstoles", los especiales de Nochevieja y la enorme popularidad de Millán y José María. Antes, tuvo tiempo de rodar con sus compinches tres películas, "Sentados al borde de la mañana con los pies colgando", "Ni te cases ni te embarques" y "La loca historia de los Tres Mosqueteros", igual de "memorables" que el resto de la filmografía (afortunadamente exigua) del popular dúo humorístico.

Son diversos los motivos por los cuales alguien abandona un proyecto (ya sea humorístico, musical o de otro tipo) en los comienzos del mismo. Hastío, discrepancias artísticas, celos, envidias, problemas monetarios, drogas, alcohol, egos zaheridos, la llamada del amor, o simplemente la intuición de que el grupo no va a ningún lado. Esto debieron pensar los miembros de Supertramp, a excepción de Roger Hodgson y Rick Davies, tras ver las pobres ventas de su segundo álbum, "Indelibly Stamped". Hicieron mutis por el foro en 1971 y dejaron a Hodgson y Davies más solos que la una. Los dos coleguillas, en lugar de unirse al "Hasta luego, Lucas" de sus compañeros, recompusieron el grupo y grabaron "Crime of the Century" en 1974. ¿Resultado? Éxito total de ventas y lanzamiento definitivo del grupo al Olimpo del Rock.


Otros fueron los motivos que indujeron a Brian Eno a abandonar a unos primerizos Roxy Music en 1973, tras la grabación de sus dos primeros discos. En este caso fueron discrepancias artísticas con el glamouroso Brian Ferry las que llevaron a Eno a largarse con viento fresco y comenzar una exitosa y respetada carrera como músico "multimedia", productor y letrista.

También discrepancias, artísticas y de todo tipo, fueron las que indujeron a Sabino Méndez, letrista y compositor de la mayoría de los temas de los exitosos cinco primeros discos de Loquillo y Trogloditas, a abandonar el grupo justo cuando éste estaba en la cresta de la ola, dando conciertos multitudinarios y preparando la grabación del inevitable LP en directo. Desde 1989 hasta hace unos años, Sabino mantuvo una enemistad con el "Loco" que fue incluso aireada en un libro, "Corre, rocker (Crónica personal de los 80)", en el que Sabino pone a caldo a su antaño coleguita Loquillo. Éste tampoco se quedó atrás y lo puso como un trapo, aireando los problemas de Sabino con el "bebercio" y estupefacientes varios.


Precisamente el uso y abuso de drogas varias, especialmente LSD, motivó la salida de Syd Barrett, genial miembro fundador de Pink Floyd, tan sólo 3 años después de la fundación del grupo. Syd lo intentó en solitario, pero su cerebro rezumaba ácido, estaba mentalmente desquiciado, y el mundo perdió a un talento musical del que nos han quedado un puñado de canciones en solitario y, sobre todo, sus geniales composiciones para el primer y aclamado disco de Pink Floyd, "The Piper at The Gates of Dawn", una de las obras cumbres del rock psicodélico. Más anecdótica fue la presencia del guitarrista Bob Klose en la banda. Bob abandonó Pink Floyd en 1965 para continuar sus estudios de arquitectura. En 2006, Bob colaboró en el disco en solitario de David Gilmour, "On an island". Un pedazo de carrerón, sí señor.


También las dos grandes "vacas sagradas" del rock, The Beatles y The Rolling Stones, tuvieron en sus comienzos componentes que dejaron las formaciones "titulares" justo antes del éxito. Todo buen aficionado al rock conoce los nombres de Mick Jagger, Keith Richards, Brian Jones, Bill Wyman y Charlie Watts, fundadores de los Rolling Stones. Incluso los nombres de Mick Taylor y Ron Wood, incorporaciones posteriores a la fundación de la mítica banda. Pero seguro que no a todos les suena el nombre de Ian Stewart. El bueno de Ian era el pianista de la primera formación de los Stones. Sin embargo el mánager de la banda por aquel entonces, Andrew Loog Oldham, lo apartó de la formación por no dar la imagen de "chico malo" que había fabricado como respuesta de los Stones al fenómeno Beatles. No obstante, Ian Stewart se tragó su orgullo y siguió colaborando con la banda como pianista de estudio y en directo hasta su fallecimiento en 1986.


Los Beatles también tuvieron dos bajas en los comienzos de su carrera. La primera corresponde a Stuart Sutcliffe, primer bajista del grupo, que se quedó en Hamburgo tras la segunda gira alemana de los de Liverpool, en 1961. Stuart se había enamorado de una fotógrafa alemana, Astrid Kirchnerr, la inspiradora del célebre peinado de los Beatles en sus primeros tiempos. Stuart Sutcliffe murió a consecuencia de una hemorragia cerebral, con 21 años, unos pocos días después del lanzamiento del single "Love Me Do". Tampoco cosecharía las mieles del increíble éxito de los Beatles su primer batería, Pete Best, despedido de la banda el 16 de Agosto de 1962 por presiones de George Martin, el eterno productor de los de Liverpool. Que si no me gusta como toca la batería, que si no se integra en el grupo, que si no acepta el peinado "oficial" Beatle, que si falta a conciertos... vamos, que a la puñetera calle. Lo reemplazó un tal Ringo Starr. Lo demás... es leyenda.

El recuerdo me lleva ahora a volver a nuestra baqueteada piel de toro para rememorar la primera formación de Radio Futura. En la portada de su primer LP, "Música Moderna", algo chirriaba. Entre cuatro jovenzuelos (bueno, algunos no tanto) que posaban con pinta chulesca y arrogante se colaba un treintañero con chaqueta y corbata roja, gafas y una importante alopecia que sonreía simpaticón. Era Herminio Molero, y en realidad él había sido el fundador de Radio Futura. Molero, artista multidisciplinar (¡toma ya!) había aglutinado a su alrededor a los hermanos Auserón, Javier Pérez (aka Javier Furia) y Enrique Sierra, entre otros .


"Enamorado de la moda juvenil", el primer single de "Música Moderna", se convirtió en un éxito, y su compañía discográfico intentó venderles como otro grupo más involucrado en el "Fenómeno Fans" que por aquel entonces sacudía la España musical. Niñas vociferantes, grupos de un sólo éxito, cantantes guapitos y mucho, mucho "playback". A pesar del éxito de "Música Moderna" diferencias de índole artística, estilística y (¡oh, vil metal!) monetarias provocan la salida de Herminio Molero y Javier Pérez. Tras estas deserciones vendría la "reconversión" artística de Radio Futura, derivando en un personalísimo concepto del rock que les llevaría al ser uno de los grupos españoles más aclamados de todos los tiempos. Por cierto, os dejo el vídeo de su maravillosa visión del tema de Marc Bolan "Ballroom of Mars" que ellos rebautizaron como "Divina". Una delicia.

Y ya para finalizar, me permitirán mis amables lectores que me despida con una pequeña frivolidad. Y es que, entre tanto tío (feo o no, ahí ya no entro) y tanto héroe del rock'n'roll me gustaría rememorar a una vivaracha cantante que dejó a un grupo en la cima de su popularidad y éxito (no artístico, precisamente). Me refiero a Vicky Larraz, vocalista de los primigenios y tecno-poperos Olé Olé, que dejó el grupo en 1985, tras dos exitosos discos entre los que figuraba el mítico y pegadizo tema "No controles". Vicky inició una errática carrera en solitario como presentadora y cantante que la llevó incluso a representar a España en el Festival de la OTI de 1987 con el espantoso tema "Bravo Samurai" (tercer puesto). Olé Olé la sustituyó por la tremebunda Marta Sánchez, la cual provocó enfermizas y calenturientas fantasías por nuestro país, aunque ya no era lo mismo. Lo siento, Marta, pero siempre preferiré a Vicky.

Pues ahí se quedaron, desaparecidos de formaciones que luego "se lo comieron todo", como vulgarmente se dice. Algunos desertaron voluntariamente, otros fueron amablemente puestos de patitas en la calle con las más peregrinas excusas. Algunos se supieron buscar las habichuelas y seguir en el ajo, y otros volvieron a un anonimato cruel e inmisericorde. Sirva este pequeño y en absoluto exhaustivo articulillo como recuerdo a los que no quisieron, o no pudieron, apurar la copa de la fama hasta las heces.


PD: cuando acabo de escribir estas líneas me llega la noticia de la muerte de Jay Bennet, ex miembro de Wilco, que abandonó el grupo en 2001 por diferencias artísticas con Jeff Tweedy. Jay tenía 45 años.


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