jueves, 26 de febrero de 2009

¿Quién dijo que el papel ha muerto? Queda la mejor revista del mundo


  • 'McSweeneys' es ya un objeto de culto y una excepcional publicación literaria


Por TONI GARCÍA (SOITU.ES)


Dave Eggers (1970, Chicago, Illinois) es uno de los nombres más influyentes de lo que se ha dado en llamar 'nueva literatura norteamericana', donde destacan escritores como David Foster Wallace, Jonathan Lethem, Michael Chabon, David Sedaris, Chuck Palahniuk o George Saunders.


Cada número es distinto: éste es el 19.


Eggers, que empezó su carrera con una novela de tintes autobiográficos llamada 'Una historia maravillosa, divertida, alucinante', se sacó de la manga a finales de los 90 un proyecto de revista llamado 'McSweeneys' (su apellido materno y de un tal Timothy McSweeneys, un desconocido que en la infancia de Eggers remitía a la madre de éste infinitas cartas con el objetivo de convocar una reunión familiar que, obviamente, nunca llegó a producirse).


'McSweeneys' se hizo realidad en 1997, cuando el escritor visitó una exposición en el barrio neoyorquino de Chelsea y conoció a los responsables de Oddi Printing, una imprenta islandesa que presumía de poder hacer 'cualquier cosa' en papel.


Eggers decidió entonces que McSweeneys —que había nacido con la intención de aglutinar textos, artículos y relatos nunca publicados— fuera una revista cuyo formato cambiara en cada número y que (aunque sonara a disparate) se imprimiría en Islandia. El primer ejemplar de 'McSweeneys' se publicó en 1998 con un espectacular éxito de crítica. Esto contribuyó a convertirlo en un objeto de culto, transformando el proyecto en un pulpo multitemático, que tan pronto publica un mastodóntico volumen (3.300 páginas) sobre la violencia, como una novela de Nick Hornby o los libros del propio Eggers.


Sopa de letras

Algunos de sus —siempre impecables, de exquisita encuadernación/construcción— números incluyen relatos experimentales, índices laberínticos, cds con lecturas comentadas de algunos de los textos o canciones expresamente compuestas y/o recomendadas para acompañar su lectura.


Rizando el rizo, 'McSweeneys' (cuatrimestral, y que ya va por su numero 30) llegó a publicarse con una revista en dvd llamada Wolphin, que no era otra cosa que un nuevo proyecto visual: la hermana gemela en formato digital que recoge el testigo de 'McSweeneys' con la intención de dar a conocer cortometrajes, documentales, series en cualquier dimensión y/o formato que nunca hayan sido emitidos.


Brent Hoff, editor de 'Wolphin', reconocía en el libreto que acompañaba al dvd que "algunos de los trabajos que aquí se incluyen se han hecho en una tarde y cuestan 300 dólares, otros cuestan millones y han supuesto meses de esfuerzos, pero todos merecen un público". El primer número de Wolphin incluía joyas como un precioso documental de Spike Jonze sobre Al Gorerarezas como el episodio piloto de una sitcom turca y un mix de animadores que trabajan en Irán, entre otras muchas cosas. (y una extraña entrevista en el libreto antes comentado sobre por qué este documento —que entierra la imagen 'robótica' del candidato presidencial a las elecciones de 2000— nunca llegó a emitirse), otro documental de David O. Russell (director de 'Tres reyes') sobre la primera Guerra del Golfo, cortometrajes de Miguel Arteta y Newton Thomas Siegel y algunas rarezas como el episodio piloto de una sitcom turca y un mix de animadores que trabajan en Irán, entre otras muchas cosas.


Actualmente, Eggers posee su propio imperio; la revista 'The believer' (una revista sobre "libros y escritores que nos gustan o a los que concedemos el beneficio de la duda" y que incluye cosas como un estudio psicológico sobre Eminem o un ensayo sobre los patrones vistos en las alfombras de los casinos de Las Vegas) y su división editorial correspondiente (Believer Books), además de una completísima web, y una docena de proyectos en desarrollo que giran en torno al mundo de la literatura desde puntos de vista poco ortodoxos. Por si todo esto fuera poco, el incansable agitador ha sido uno de los puntales de la campaña cibernética de Barak Obama, coordinando infinidad de grupos de trabajo que se movían en Internet, y su proyecto 826 Valencia, una escuela en la que anima a niños de ocho a 18 años y de toda clase y condición a empezar a escribir (y que cuenta con sedes en media docena de ciudades estadounidenses), se ha convertido desde su fundación en 2002 en una de las instituciones más admiradas del mundillo literario occidental.


El genio huye además de etiquetas y corsés, porque como explica el propio Eggers en la introducción a 'Lo mejor de McSweeneys Vol. 1' (Ed. Mondadori, 2005): "No hay nada más eficaz para despojar de vida al arte que establecer un criterio estético rígido o algún tipo de manifiesto del que incluso los propios escritores que lo suscriben acaban aburridos en cuestión de meses". Palabra de Eggers.


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