Sorpresas de una ciudad
en la que los hombres
no llevan falda
EDIMBURGO (ESCOCIA).- Al ser éste mi último artículo sobre la ciudad de Edimburgo, y parafraseando a mi compañera en Glasgow, Laura González, voy a hablar, en seis puntos de aquellas cosas que más llamaron mi atención. Empecemos, pues:
El Kilt
Que a nadie se le ocurra decir que es una falda, a riesgo de ofender a los viriles hombres escoceses que tan orgullosamente lo lucen.
Los escoceses distinguen muy bien lo que es una falda (en principio sólo pensada para mujeres —aunque Marc Jacobs se empeñe en lo contrario—) de lo que es un kilt, atuendo tradicional masculino de gran simbolismo, debido al tejido con el que está confeccionado, el tartán, cuyo dibujo remite a diferentes clanes de Escocia que se perpetúan hasta la actualidad con los apellidos; según tu nombre de familia, así será el tipo de tartán.
El tartán entró a formar parte de la modernidad al convertirse en el tejido fetiche de la diseñadora Vivienne Westwood, quien el pasado verano abrió su primera tienda en Edimburgo. El kilt es, por lo tanto, un rasgo de identidad de los hombres escoceses, una prenda que llevan con naturalidad en su vida diaria (no es raro verlos así por la calle) o más concretamente en ocasiones especiales, conscientes de que a muchas mujeres escocesas el vuelo de las tablas al caminar les resulta de lo más seductor. Por último, la manera correcta de llevar un kilt es, como diríamos, en 'plan comando': sin nada debajo.
'Nessie', el monstruo del lago Ness
Así es como se le llama cariñosamente.
La leyenda de este famoso monstruo (poseedor de una página web y un club de fans oficial) se remonta a la historia según la cual San Columba salvó a un hombre de ser atacado por un monstruo en este mismo lago en el año 565. Algo así como la historia de San Jorge y el Dragón, pero rentabilizada por la mercadotecnia.
Porque, a día de hoy, después de haberse demostrado que la famosa fotografía del supuesto plesiosaurio enarbolada como muestra de su existencia no era sino un fraude, nadie cree realmente en su existencia, pero las ciudades vecinas al lago, como Inverness (capital de las Tierras Altas de Escocia, las Highlands), Fort Augustus y el Castillo de Urquhart le deben gran parte de sus ingresos al turismo que viene atraído por la leyenda.
Despedidas de soltero/a
Edimburgo debe de ser la ciudad con más despedidas de soltero/a por metro cuadrado, en dura pugna con Las Vegas, imagino. Lo curioso es que la mayoría no son celebradas en honor de ningún escocés, sino de ingleses que tienen por costumbre ir a Escocia a pasar un fin de semana de desenfreno, después de que, en Irlanda, el destino preferido por los jóvenes ingleses para este tipo de fiestas fuera cada vez más restrictivo y muchos hoteles se negaran a alojar a la comitiva en ciudades como Dublín.
Así las cosas, en los locales nocturnos, léase discotecas, de Edimburgo, se encuentra uno, semana tras semana, con multitud de Elvis Presley’s (si lo que se celebra es una despedida de soltero o 'stag party') y de novias que portan velos de formas fálicas (en el caso de que se trate de una 'hen party', despedida de soltera). Eso sí, tanto ellos como ellas van borrachos como cubas.
Cañonazo a la una
No te pierdas el cañonazo de la una.
Escena real: camino por Princess Street cuando se oye un gran estruendo, como de bomba. Frente a mí, una mujer china se vuelve sobresaltada. Yo miro mi reloj y pienso: "Lo llevo cinco minutos adelantado". Es muy fácil discernir a los turistas que pululan por Edimburgo de aquellos que viven en ella. Sólo basta con pasearse por el centro, cerca del castillo y esperar que a la una en punto de la tarde retumbe el cañonazo que desde 1871 lleva avisando a los ciudadanos (en principio se hacía para informar a los barcos) de la hora correcta, al mismo tiempo que en el monumento a Nelson situado en Calton Hill desciende una bola. Aquellas personas que se quedan paradas con cara de susto en mitad de la multitud que camina impasible son turistas.
Military Tattoo
Uno de los mayores espectáculos de agosto.
El mayor espectáculo que ofrece la ciudad durante el mes de agosto, en pleno Festival de Artes Escénicas. Consistente en la interpretación de música tradicional escocesa por parte de la banda de música de las Fuerzas Armadas británicas y otras bandas militares internacionales, entre las que destaca la proveniente de los Países Bajos, por situarse el origen de este evento en Flandes, cuando los tamborileros del ejército británico se paseaban por las calles avisando a los soldados de que debían volver al cuartel. Desde los años 50 tiene lugar en el castillo de Edimburgo acompañado de un gran despliegue pirotécnico y la entonación conjunta, a brazo cruzado, de todos los miles de espectadores de la canción imprescindible en toda celebración escocesa: el Auld Lang Syne. Las entradas se agotan rápido, pero si uno se pasa por las taquillas en los días previos siempre puede conseguir un par de entradas de alguien que ha anulado su reserva.
¿Cómo demonios
se pronuncia Edimburgo
en inglés?
Edimburgo en inglés se escribe Edinburgh. Pero, por supuesto, no se pronuncia edinbur, eso sería demasiado fácil.
El inglés aprendido en otro lugar que no sea Escocia no nos sirve tampoco, ya que pronunciaríamos édinberg, cosa que no se oye por las calles escocesas.
La pronunciación correcta escocesa sería ˈɛdɪnb(ə)rə, es decir, édinbra, así como se lee. Aunque uno acaba por darse cuenta de que cada escocés la pronuncia de manera diferente, por lo que no es raro oír édimborow. Hasta se ha llegado a oír édimburra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario