Chaboute es otro caso de autores que han pasado desapercibidos en nuestro país, bien por el desinterés del público, bien porque no fue su momento, o bien por la poca fe de las editoriales, que han apostado por él, La Factoría de Ideas y Glenat. Ahora Kraken viene decidida a recuperar toda su obra y comienza con este Plenilunio, ganador del premio Alph ‘Art Coup de Coeur de 1999, que se entrega en Francia al Mejor álbum revelación.
Chaboute tiene un estilo gráfico bastante definido, y es claramente reconocible. De finales de los 90, su arma preferida es el blanco y negro puro y donde mejor se desenvuelve es en las historietas cotidianas, en las del día a día. En Plenilunío, el autor ha querido mostrar su particular homenaje a películas como las que hizo famosas 'Jo que noche' del genial Martin Scorsese, aquellas a las que al protagonista, sin saberlo ni beberlo, le pasaban, en una sola noche tal cantidad de cosas, la mayoría increíbles, que luego, aunque las contaras no se las iba a creer nadie.
Chaboute parte de aquí y lo introduce en la vida de un funcionario bastante amargado, que vive en un pequeño y tranquilo pueblo francés. Su pensamiento no va más allá del que le dicta la televisión (bueno, es homófobo, racista, clasista, aunque en el fondo es un pobre hombre de ascendencia extranjera) y así su vida transcurre plácidamente, aunque de forma bastante miserable, hasta que su jefe le pide que le realice el poco habitual favor de entregar en mano una carta.
Por supuesto, este será el detonante que hará que Édouard pase una noche de locos, perdido, sin papeles, participando en un atraco, humillado, apaleado, a punto de ser violado, y por supuesto, sufriendo todas las vejaciones que él suele propinar a los que considera inferiores.
El tebeo no está mal, pero Chabouté es mucho más inteligente, más hábil, y esperas que sea capaz de darle a todo esto la vuelta en algún momento, que no abuse de los mismos tópicos una y mil veces, porque esa historia, ya la hemos escuchado, aunque en su descargo hay que decir que era una de sus primeras obras. Lo que más gracia me hace, es que el tipo aguanta en su ignorancia hasta el final.
Esperemos que Kraken sea valiente y siga publicando las verdaderas joyas que este dibujante tiene en su haber.
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