Abraham Alonso
Salvo los humanos, pocos organismos han colonizado el planeta de forma tan eficaz como las hormigas. Ahora, los fotógrafos Heidi y Hans-Jürgen Koch nos muestran la espectacular vida secreta de estos insectos sociales.
Heidi y Hans-Jürgen Koch llevan algo más de dos décadas captando las mil y una facetas de la fauna, doméstica o salvaje. Y son buenos, muy buenos. De hecho, entre otros galardones, su trabajo ha merecido el reconocimiento de World Press Photo, que organiza el concurso de fotografía más prestigioso del mundo.
Está claro que este matrimonio alemán forma un buen equipo. Ambos se encargan prácticamente del 100% de la producción de sus obras, desde la búsqueda de ejemplares hasta la edición de las imágenes, una labor que, en su último trabajo, protagonizan las hormigas.
Aunque vistos de cerca estos insectos poseen un cierto aire alienígena, lo cierto es que millones de años antes de que los primeros Homo sapiens colonizaran Europa, las hormigas ya sabían organizarse en sociedades complejas y estructuradas.
Se han extendido por todo el planeta, salvo la Antártida
Se cree que las más de 14.000 especies conocidas de hormigas evolucionaron a partir de un ancestro que vivió a mediados del Cretácico, hace unos 120 millones de años. Desde entonces, se han adaptado, y hoy, a excepción de la Antártida y algunas islas, ocupan todas las zonas terrestres del planeta.
La clave de su expansión podría encontrarse en su habilidad para coordinarse y fundar nuevas colonias, que pueden albergar desde pocas docenas a millones de individuos. Una de las mayores de las que se tiene noticia ¡cubre 6.000 km, desde Portugal al norte de Italia!
En general, estas superestructuras se organizan en torno a una reina, más grande y longeva que las obreras, pues puede vivir 30 años. La obreras se encargan prácticamente de todo en el hormiguero, desde cuidar las pupas hasta obtener alimentos, algo para lo que han desarrollado estrategias muy sofisticadas.
De hecho, según los entomólogos Ted Schultz y Sean Brady del Museo Smithsonian de Historia Natural, en EE UU, varias especies aprendieron a cultivar hongos hace 50 millones de años y hoy han mejorado la técnica hasta el punto de tener sus propios jardines que explotan como expertos agricultores.
De cerca
Retrato de la hormiga roja de la madera Formica polyctena, que juega un papel importante como depredadora en el control de parásitos forestales. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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Un tesoro de proteínas
Esta Formica polyctena, muy común en los bosques europeos, ha encontrado el cadáver de una libélula. En cuanto informe del hallazgo, un ejército de camaradas acudirá al lugar para despiezarlo y trasladarlo al hormiguero. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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Millares diferentes
De momento, los entomólogos han identificado más de 14.000 especies de hormigas. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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La revolución de las trabajadoras
Las hormigas obreras suelen ser hembras infértiles, pero hay casos, como sucede en el género Harpegnathos, en los que también pueden depositar huevos como si fueran reinas —arriba, dos compiten por este derecho— e incluso fundar nuevas colonias. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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Busca las diferencias
La extraordinaria organización de la que hacen gala estas hormigas carpinteras —Camponotus fellah— ha llamado la atención de un equipo de investigadores de la Universidad de Lausana, en Suiza, que ha etiquetado a sus miembros para estudiar el rol de cada uno. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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Pausa para echar un trago
Una gota de agua sirve de improvisado manantial a unas hormigas de los bosques, cuya longitud ronda los 5 mm. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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Una casita muy sabrosa
En 2003, la NASA desarrolló un gel especial translúcido que servía a la vez de hábitat y alimento para un grupo de hormigas. Así, los astronautas podían estudiar fácilmente su comportamiento en un entorno de microgravedad. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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Competencia por el agua
Estas hormigas rojas beben de una gotita de agua que pende de una hoja. Al igual que los humanos, estos himenópteros necesitan el líquido vital para sobrevivir. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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La farmacia a cuestas
Algunas especies de hormiga recolectan resina de los árboles. Esta sustancia fortalece su sistema inmune y les permite resistir mejor a las bacterias. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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Con los capullos no se juega
Las obreras trasladan las pupas a las zonas del nido con las condiciones más favorables —arriba—. En estas cápsulas, el insecto desarrolla la fisonomía que presentará en fase adulta —en la foto del centro se ve uno de los ojos—. Las hormigas recién eclosionadas tardan unos días en endurecerse y adquirir la coloración definitiva. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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Trabajo especializado
En función de las necesidades de la colonia, sus miembros cumplen funciones específicas. Éste custodia la entrada a un nido.
© H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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Super-hormiga
Primer plano de la hormiga asiática Harpegnathos venator, habitante del Sudeste de Asia, India y Malasia. Tiene amplias mandíbulas y una excelente visión. Es capaz de saltar hasta 10 centímetros y puede caminar de espaldas. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
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La casa siempre limpia
De la espectacular vida secreta de estos insectos sociales, los fotógrafos Heidi y Hans-Jürgen Koch nos muestran escenas como ésta de una hormiga roja sacando una araña muerta que había caído en su nido. © H.&H.-J. Koch/animal-affairs.com
Fuente: MUY
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