El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha hecho una visita sorpresa a Irak, justo cuando queda poco más de un mes para que deje la Casa Blanca. Su visita, la cuarta desde la invasión del país en 2003 (todas ellas realizadas por sorpresa), se ha producido un día después de la llegada también sorpresa del secretario de Defensa, Robert Gates, que anunció que las tropas norteamericanas han comenzado su última etapa en este país. Y hablando de sorpresas, ha sido mayúscula la que ha protagonizado un periodista iraquí, quien durante una rueda de prensa de Bush junto al primer ministro local Nuri Al Maliki, se ha levantado con un zapato en la mano y se lo ha arrojado al grito de "perro". El mandatario estadounidense logró esquivarlo, por lo que el periodista, del canal de televisión Al Bagdadía, probó suerte con el otro zapato, aunque tampoco pudo impactar con su objetivo. Inmediatamente después ha sido reducido por el personal de seguridad. "Este tipo de hechos no me preocupan, quien los hace quiere llamar la atención", dijo Bush tras el incidente.
Según cuenta 'The New York Times', la agenda dominical del presidente incluía su asistencia a una actuación llamada "Navidades en Washington", que se celebraba en un museo de la capital estadounidense. Sin embargo, ha decidido cambiar sus planes para reunirse con las autoridades iraquíes y estadounidenses en la zona, además de con los militares destacados en la zona. El diario neoyorquino explica que una docena de periodistas fueron informados el viernes del viaje del presidente, con la condición de que sólo se lo dijeran, en persona, a un superior y a sus respectivos cónyuges.
A su llegada al aeropuerto de Baghdad, el presidente Bush fue recibido con una ceremonia formal a plena luz del día, algo que el 'Wall Street Journal' ha interpretado como una señal de las modestas ganancias en cuestiones de seguridad que se han producido en la zona. Y es que en las visitas previas no hubo un gran recibimiento. Sin embargo, la visita coincide con la publicación de un informe federal, que ha revelado 'The New York Times', según el cual el proceso de reconstrucción de Irak, en el que Estados Unidos invirtió 100.000 millones de dólares, fue un enorme fracaso y el Pentágono llegó incluso a "maquillar" los progresos.
Debajo de toda esta gente está el periodista iraquí.
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