Los vecinos del bloque de pisos entre las calles de Crevillente y Carcagente de Castellón, tienen calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria gracias al calor que obtienen de dos pozos excavados a 70 metros bajo tierra. Éste es uno de los sistemas geotérmicos puestos en funcionamiento en edificios españoles durante el último año.
Para empezar, cuando hablamos de energía geotérmica, hay que diferenciar dos tipos: la de alta entalpía —o altas temperaturas— y la de baja entalpía —o bajas temperaturas—. Su diferencia radica en la profundidad terrestre en la que se encuentra cada una de ellas, su temperatura y su distinto aprovechamiento energético. En España, existe un mercado incipiente en proyectos que obtienen la energía de la capa más superficial del suelo, pero apenas hemos despegado en tecnologías que aprovechen el calor terrestre más profundo.
La geotérmica de altas temperaturas, que se encuentra a unos tres o cuatro kilómetros bajo tierra, se destina a la generación de electricidad o se aprovecha directamente para calefacción. Para el primer caso se necesitan temperaturas por encima de los 130-140 grados, y en el segundo, basta con superar los 70 grados. "En España existen dos ambientes geológicos fundamentales para producir energía eléctrica: el volcanismo activo, en las Islas Canarias; y diversos focos de calor asociados a cuencas profundas dentro de la península, por ejemplo, en la zona de los Pirineos o en Madrid. Estas zonas acumulan agua a más de 130 grados de temperatura y se han encontrado gracias a los sondeos destinados a la extracción del petróleo", explica Raúl Hidalgo, presidente de la sección de Geotérmica de Alta Entalpía que ha estrenado APPA hace unos días.
En España existen dos ambientes geológicos donde se dan altas temperaturas para producir electricidad: el volcanismo activo, en las Islas Canarias; y diversos focos de calor asociados a cuencas profundas dentro de la península, por ejemplo, en la zona de los Pirineos o en Madrid. Estas zonas acumulan agua a más de 130 grados de temperatura y se han encontrado gracias a los sondeos destinados a la extracción del petróleo", explica Raúl Hidalgo, presidente de la sección de Geotérmica de Alta Entalpía que ha estrenado APPA hace unos días.
Para Hidalgo, "en nuestro país la energía geotérmica de altas temperaturas está en sus comienzos, sobre todo si nos comparamos con la experiencia de otros países europeos". La investigación para buscar un recurso natural que no es visible es cara y arriesgada. "No es como el sol o la intensidad del viento, que se pueden calcular y medir en superficie, aquí hablamos de algo que se encuentra en el subsuelo, y un sondeo para estudiar tres kilómetros de profundidad puede costar entre siete y ocho millones de euros", explica Hidalgo. Eso sí, una vez que encuentras el campo de calor y se desarrolla el proyecto, la energía geotermal es constante, produce las 24 horas del día y los 365 días del año y una planta en funcionamiento genera una energía estable a la red.
En cuanto a la energía geotérmica somera, de baja entalpía o baja temperatura,Energesis, "muchas empresas europeas con experiencia han llegado a nuestro país para desarrollar este tipo de instalaciones en viviendas y edificios, sobre todo en la Comunidad Valenciana, Cataluña y País Vasco, que han contado con subvenciones para desarrollar esta tecnología". Estos son algunos ejemplos: España ha dado grandes pasos en el último año. Como cuenta Teresa Magraner, de la empresa Energesis, "muchas empresas europeas con experiencia han llegado a nuestro país para desarrollar este tipo de instalaciones en viviendas y edificios, sobre todo en la Comunidad Valenciana, Cataluña y País Vasco, que han contado con subvenciones para desarrollar esta tecnología". Estos son algunos ejemplos:
1. Sistema geotérmico vertical: Edificio de viviendas Aynos (Castellón):
Los vecinos de este bloque de cuatro plantas de viviendas tienen calefacción, aire acondicionado y agua caliente sanitaria gracias al calor de la tierra. A 70 metros de profundidad se han hecho dos perforaciones donde se han instalado captadores verticales (también llamadas sondas termales) que aprovechan la temperatura estable del terreno para calentar el edificio en invierno y como colector de calor en verano. Con unas bombas hidráulicas, el agua se obtiene de los pozos para cubrir las necesidades energéticas del edificio (es lo que se conoce como sistema abierto). De esta forma, los vecinos del edificio Aynos, que también alberga locales, se ahorran un 50% en su factura de la luz y evitan la emisión a la atmósfera de 201 toneladas de CO2 al año, según la compañía Geoclima. Con una potencia térmica instalada de 550 kilovatios, ahorran cada año 438.000 kilovatios/hora. Como explica Magraner, "para refrigerar un edificio en verano, el sistema geotérmico transmite el calor excedente del interior de la edificación al subsuelo, y en invierno, el edificio se calienta extrayendo calor del suelo para transmitirlo a la edificación". El suelo se encuentra a una temperatura constante que coincide con la temperatura media anual de la zona, "por ejemplo en Valencia se estará a unos 18 grados, mientras que en zonas más frías del interior como Castilla y León está a 13 ó 14 grados", detalla.
2. Sistema geotérmico horizontal: Masía Tinet de la zona del Delta del Ebro (Tarragona):
Para obtener el calor de la capa más superficial del suelo, en esta masía se han enterrado, a un metro y medio de profundidad, colectores horizontales de tubos de polietileno que forman serpentines y por los que circula el agua. Este sistema cerrado conecta las tuberías a una bomba de calor. Debido a la escasa profundidad a la que están enterrados los tubos, el clima tiene una gran influencia en estas instalaciones y el propio terreno sirve como un acumulador de energía solar. Aquí, las tuberías se esconden bajo los arrozales que rodean esta casa rural.2 sin perjudicar la producción de arroz. La instalación del sistema horizontal es más sencilla que la vertical, ya que no se requiere grandes excavaciones. La potencia instalada es de 17 kilovatios y el resultado, según los propietarios, es que se ha mejorado notablemente la climatización de este edificio de más de 400 m2 sin perjudicar la producción de arroz. La instalación del sistema horizontal es más sencilla que la vertical, ya que no se requiere grandes excavaciones.
3. Suelo radiante: Estación de esquí de Grandvalira-Grau Roig (Andorra):
Estas instalaciones de montaña cuentan con un sistema geotérmico a 2.500 metros de altitud para generar la calefacción en una de sus zonas de descanso y en el bar—restaurante. Según Geotics, empresa que lo ha llevado a cabo, la calefacción tiene una potencia de 17 kilovatios y multiplica por cuatro la eficiencia de los sistemas de climatización tradicionales, traduciéndolo en un 25% ahorro económico.
Para absorber la energía del subsuelo, se han realizado perforaciones en la montaña de hasta 100 metros de profundidad, donde se han instalado colectores verticales captadores del calor. Una bomba geotérmica, situada dentro del mismo edificio, transfiere el calor a un sistema de distribución que hace llegar la calefacción al local. En este caso, el sistema de distribución utilizado es el suelo radiante —en otros casos son los radiadores—, un conjunto de tubos instalados justo por debajo del suelo del edificio por donde circula agua glicolada (altamente conductora del calor). La circulación de este fluido calienta el suelo hasta alcanzar una temperatura de 22 grados.
4. Climatización híbrida: Edificio de oficinas, Gandía (Valencia):
La energía geotérmica también se puede combinar con el sistema convencional de climatización. Así ocurre con este edificio de oficinas de 1.350 m2 que suministra calor a sus cuatro plantas a través de un circuito geotérmico vertical formado por 16 pozos de 100 metros cada uno; y que complementa con un sistema de climatización por aire. Según Energesis, esta instalación, que pertenece a la empresa Azimut, permite un ahorro energético de entre el 20% y el 40% de la factura de la electricidad.
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