De nueve tipos de jirafas, se sabe que estos seis son genéticamente distintos.
Ilustración de Aldo Chiappe
Si en alguna sabana de África oriental una jirafa Masai macho, con manchas dentadas, se aproximara a una jirafa reticulada hembra, de parches redondos, ¿se aparearían? En los zoológicos tal vez, pero en la naturaleza no lo hacen, aunque sí compartan territorio. Las pruebas genéticas recientes sugieren la causa. Más que conformar una sola especie, como se creía, es probable que haya por lo menos seis. Las jirafas se adhieren a las de su propio tipo –una señal de especiación– quizá porque identifican el patrón de su pelo (que también tiene funciones de camuflaje). Pasarán años para que la clasificación oficial de las jirafas cambie. Mientras, sus cifras han descendido cerca de 30 % con la mengua de su hábitat, y sólo quedan unos pocos cientos de jirafas de Rothschild y de África occidental.
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