La escisión islandesa
Atrayendo apenas una mirada, un comediante callejero pasea a lo largo del centro de Reikiavik en una copia del “traje de baño” que usó Borat, el personaje de la película.
Unos manifestantes ambientalistas, parte del “ejército payaso” de Movimiento de Islandia, bloquean el tráfico en el centro de Reikiavik, lo cual pone a prueba la paciencia de la policía. Impulsados por la construcción de la Presa Kárahnjúkar y la fundidora de aluminio en Reydarfjördur, activistas internacionales y locales han organizado manifestaciones para detener otros desarrollos de industria pesada y de energía hidroeléctrica y geotérmica.
La aluminia, o mineral de bauxita refinado, se transforma en temperaturas altas en aluminio en la nueva fundidora en Reydarfjördur. La aluminia se disuelve en un baño de criolita derretida, luego se electroliza para que el aluminio líquido, que es más denso que la criolita, se hunda hasta el fondo de los crisoles para su recolección.
En Reynisdrangar, en la costa sur de Islandia, las olas han erosionado las partes más suaves de la orilla rocosa cerca de la aldea de Vík, lo cual dejó estos pilares de duro basalto en el océano.
El enorme borde del cráter Hverfjall, de 2 500 años, en el lado este del Lago Mývatn, atestigua la explosiva actividad volcánica que continúa formando Islandia. Los ambientalistas argumentan que el peligro a causa de las erupciones es una de las razones por las cuales no deben seguir los proyectos de presas hidroeléctricas. La inestable geología de Islandia pone a las presas en peligro, y las presas mismas pueden incrementar la actividad volcánica. Algunos geólogos especulan que la nueva reserva detrás de la Presa Kárahnjúkar puede estar ligada al incremento en la actividad sísmica y a un riesgo más grande de erupción volcánica en Upptyppingar, una montaña a unos 20 kilómetros al oeste.
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