Raíces en movimiento
Foto de Mark Thiessen, fotógrafo de NG
Un análisis reciente de imágenes satelitales realizado por la NASA muestra que más de 100 000 kilómetros cuadrados de césped se cultivan en Estados Unidos, con lo que el pasto se convierte en el mayor de los cultivos individuales irrigados en el país. La salud de todo ese pasto depende directamente de la salud del suelo en el que crece. Paul Tukey, autor de The Organic Lawn Care Manual, sugiere estas medidas para mantener en buenas condiciones la tierra del césped.
- Sigue las instrucciones La aplicación casera de pesticidas y fertilizantes suele exceder por mucho a la de uso agrícola en cuanto a kilogramos por hectárea. Si has decidido emplear químicos para pastos, asegúrate de aplicar la cantidad correcta. Más no significa mejor, y puede resultar pernicioso para plantas, mascotas y personas.
- Riega con sabiduría El mejor momento para regar es temprano en la mañana. Por la noche podría propiciar el moho y las enfermedades. Trata de regar una vez a la semana.
- Siembra trébol Hasta que una compañía de pesticidas difundió en los sesenta que se trataba de una hierba mala, el trébol –que de hecho es una legumbre– formaba parte esencial de las mezclas comerciales de semillas de pasto. Aún debería ser así. Las raíces de los tréboles poseen nódulos que almacenan nitrógeno y lo transfieren al suelo que rodea a la planta de manera más eficiente que los fertilizantes sintéticos de este elemento.
- Deja altura al podar Para la mayoría de las especies de pasto, ajusta las navajas de la podadora para que al cortar dejen una altura de unos ocho centímetros. El pasto podado alto previene la aparición de malas hierbas y ayuda a que el suelo retenga la humedad. Conserva los recortes sobre el césped después de podar. Funcionan como fertilizantes naturales, y en pocos días se habrán descompuesto.
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